Un poema escrito bañado en lágrimas  

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Compatriotas: Escrito cuando el zamuro calvo, enano y viejo nos anunciaba el fin de nuestros sueños. Esa noche el barrio no acertaba a responder. Todo se quedó como muerto. Un silencio ensordecedor lo aplastaba todo. Desconcierto, angustia y esa incapacidad para reaccionar. La sorpresa nos paralizó. De madrugada, tomé la moto y subí al cerro. De pronto, luces de velas, llanto de mujeres, ruegos al Dios del cielo. Las primeras en reaccionar fueron ellas, ¡siempre ellas!, ¡bendita sean ellas!. La carretera parecía una cinta larga y negra, rota por esta hilera. Hacían un Vía Crucis, casi con pena -porque los hombres no estamos para esas vainas, ¡que tontos!- me incorporé al grupo. Tercera estación, "Jesús cae bajo el peso de la cruz", se arrodilla Josefita, la más bella y la más vieja, "Señor, cuídamelo, que no lo aplaste la Cruz, cuídame a mi muchacho. Tu sabes que él es bueno, líbralo de estos diablos..."

Dejé el Vía Crucis, ya casi asomaban los primeros rayos del día... de pronto...apagué la moto porque percibí un ruido, extraño, como de señales... eran los postes de luz sirviendo de tambores al pueblo... tac tac tactactá... y la gloria, la resurrección del pueblo... Joseito, Manuel, Jonny, Josefina, Margarita... se abrían una tras otra las puertas...¡vamos compatriota!, ¡vamos que lo tienen preso!, vamos!!!...y aquella hilera que se hizo canto, primero la larga bajada hasta la salida de la Miranda... luego...subiendo... muchos y muchas más...todos con el mismo grito desgarrador en el pecho... ¡vamos, vamos, compatriotas...vamos a rescatarlo que nos lo tienen preso...¿a donde vamos? -¡a donde sea-!, pero vamos...¡coño, al pueblo se respeta!, alguien gritó...a Fuerte Tiuna...ahí lo tienen preso...¡vamos compatriotas! y amaneció el día del pueblo...13 de abril... 13 de abril... las mujeres de primero, desafiando, impertérritas, frente a los tanques y los fusiles, conquistando a los soldados que son pueblo... y luego, por allí... otra mujer... con un altavoz... ¡Compatriotas, fue un golpe de estado, nos lo tienen preso!... era Iris Valera, la primera en organizar...¿que hace tú aquí?...¡anda a lo tuyo!, ¡comunica, avisa, dale!

Sólo una reflexión para este tiempo. ¿Donde están los culpables?, ¿por qué siguen conspirando? Ahora no es tiempo de decir "todo once tiene su trece" ahora debemos decir...¡aquí tienen su trece, sin once!
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Martín


12 DE ABRIL DE 2002, Martín Guédez

Agujero negro, fucilazo de muerte que traspasa el tiempo,

tiros lúgubres comparecen del infierno,

bocanada viscosa corta en dos el iris

lazo primero del pueblo..,



Pasa de mí, Señor, este vaso de excremento,

Caifás omnipresente sonríe grosero,

el zamuro calvo corta las alas del zapatito nuevo

y rasga la nube del amor primero.



La trampa está montada,

el niño cae abrasado en fuego,,

altar de sangre se ha vuelto,

un territorio preñado de ilusiones.



La bala corta el suspiro y otra vez,

el alma del pueblo gime esperando consuelo

aplastado sin piedad

por espantajos groseros.



El cofre de luz deviene en sepulturero de sueños,

di ¿que hemos hecho Señor,

para merecer tanto resentimiento,

o ganarnos tal desprecio?



Mentiras sobre mentiras y con las mentiras duelo,

mentiras y más mentiras y sobre las mentiras hiel,

desde esta horrible ventana, veo el Gólgota de nuevo

y en él al crucificado, están matando a mi pueblo.



Rayo negro, negra la voz y negro el ceño.

El heraldo chueco lee el mandato,

la burla está consumada, asesinos coronados

están matando los sueños.



El zamuro, enano, calvo y viejo,

hace mohines sabedores, desde el arcano del tiempo,

ofreciendo presas vivas,

a las fauces sangradas de las hienas en su tiempo.



Cada criatura asesinada causa histeria

en la reunión de cuervos.

Uno a uno van pasando, urracas ensombreradas,

con trajes confeccionados en piel y sangre de pueblo.



¡El manantial de sangre

no deja de fluir muerte!.

Muerte de Dios, que muere

cuando se muere en el pueblo.



Consumatun est, Hace frio negro,

un silencio se ha posado

sobre el alma de mi pueblo,

en mi corazón solo llanto, dolores y cruel tormento.



Mañana será mañana y algún día será hoy,

mentiras sobre mentiras y sobre mentiras duelo,

pero algún día veremos

el renacer de este pueblo.


Martín Guedez




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